NO TE ENCIERRES, NO LE DIGAS QUE NO A LA VIDA

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define como salud a: “Un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”.

¿Qué verdaderamente significa esto para un paciente de cáncer?

Diversos estudios confirman que alteraciones negativas a nivel psicológico y social influyen directamente en el sistema inmunológico de las personas, lo que repercute en su capacidad para afrontar y superar exitosamente enfermedades a las que se puedan exponer. En otras palabras, durante tu tratamiento para combatir el diagnóstico de cáncer, bajarás tus defensas considerablemente, lo que implica mayor vulnerabilidad a  que algo tan simple como un resfriado común hasta enfermedades más complejas como la gastritis puedan hacerte más daño de que sin el cáncer y su tratamiento hubieses tenido.

Ahora imagínate esa vulnerabilidad aumentada porque tu mente no te ha dejado en paz por todos los temores, ansiedad y frustraciones (normales de este proceso) que tienes en el día a día y que por querer culminar lo antes posible toda esta experiencia has preferido encerrarte  (supuestamente para no exponerte) pero que te ha dejado sin vida social, ensimismado a solo pensar y hablar de  tu mala salud y mirando tu habitación como lo único que existe. Finalmente por lo mismo que previenes es lo que te ha hecho más susceptible a mantenerte con una sensación de “enfermo”.

Por supuesto, las condiciones para que salgas e interactúes dependerán de las recomendaciones de tu equipo interdisciplinario de salud (que incluye médicos, enfermeras, nutricionistas, psicólogos, entre otros).

Quizá ahora mismo no puedas nadar en la playa o caminarte un centro comercial entero, tal vez no te puedas comer unas papas fritas con hamburguesa o ir al gimnasio a hacer tu rutina de ejercicios clásica, sin embargo,  un impedimento de salud temporal no  te impide conversar con tus seres queridos, saludar (aunque sea mediante la tecnología) a tus amistades, intentar dar una caminata por el parque de tu comunidad, crear nuevos pasatiempos o aprovechar este periodo donde no puedes trabajar para aprender nuevos conocimientos que tenías pendientes.

No es que la vida se acabó el día que te dijeron que tenías cáncer y volverá a empezar cuando te digan que ya lo superaste, el tiempo del medio, sigue siendo tu vida.

La enfermedad no es excusa para  no seguir teniendo relaciones de calidad, aprender nuevas habilidades, sonreír, divertirte; porque si no es para vivir, entonces ¿para qué estas esforzándote tanto en superarla?

Me interesa saber cómo  ha sido el impacto en tu salud mental y social el tener un diagnóstico oncológico, déjalo en los comentarios y te contestaré.

Psic. Carlos A. Ayala C.

4 comentarios

  1. Admito que es muy difícil a veces querer mantener una vida “normal” es más cómodo encerrarse y caer presos de nuestras vulnerabilidades.

    • La clave está en hacer una adaptación progresiva (sin que represente una enorme exigencia para el cuerpo) hasta volver a establecer actividades físicas y sociales saludables. Saludos cordiales.

  2. Antes se tenia la perspectiva de que un diagnostico de cancer era sinónimo de muerte y es algo que gracias a la ciencia y sus avances a ido cambiando. El psicólogo Panameño debe tomar un rol en este campo, excelente iniciativa Carlos Ayala.

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