Ante este tipo de noticias suelen proliferar comentarios como:

1. “Es que las niñas de ahora desde chiquitas andan abriendo las piernas”.
2. “¡Claro! si ellas mismas se venden, temprano buscan marido”
3. Que no venga a hacerse la victima ahora, que feliz andaba subiendo fotos con su “Suggar Daddy”

Es necesario recordar al lector que un abuso sexual no suele ser como lo plantean en las películas de Hollywood donde hay un tipo escondido detrás de un arbusto a altas horas de la noche acechando a su siguiente víctima de la forma más agresiva y salvaje posible.

Dicen por ahí, que “SE ATRAEN MÁS MOSCAS CON MIEL QUE CON VINAGRE” y sí, realmente se accede más fácil a la confianza de un menor y su familia con juguetes, golosinas, regalos y halagos que con amenazas. Es por ello que los comunes agresores suelen ser propios tíos, abuelos, primos, vecinos o los mismos padres, donde el  niño y adolescente es aun suficientemente manipulable para creer que lo que le están haciendo es correcto; en otras palabras aun no dimensionan que lo que está sucediendo es un abuso, ya que lo pueden comprender como un juego, un método para obtener cosas (regalos o dinero) o son directamente chantajeados con ideas como: “Si no me das besitos, me voy a poner bravo y me voy a ir de la casa y tu mamá se va a poner triste” o “Si te vas a vivir conmigo ya no tienes que ir a la escuela y no tendrás que seguir soportando los regaños de tu familia”

El ser humano es un cúmulo de cogniciones, emociones, sentimientos, hormonas, reflejos, etc. Esto significa que no podemos atribuir que la decisión de un niño o adolescente de involucrarse sexualmente con un adulto fue única o necesariamente de carácter cognitivo o racional. Los genitales son por naturaleza zonas más sensibles que el resto del cuerpo, las llamadas ZONAS ERÓGENAS, estas desde que somos infantes pueden generar al contacto cosquillas, lo cual suele ser un estímulo placentero.

Veámoslo de la siguiente manera: Si le dieras la libertad a tu hijo de decidir qué comer todos los días ¿qué elegiría entre helado, galletas, sodas, chicles y pizza o arroz, pollo, ensalada, sopa y lentejas?; Lógicamente se irá por lo que le genera mayor placer, el dulce y la comida chatarra; puesto que aún no tiene el criterio para discernir entre un pseudo-placer y lo verdaderamente correcto. Sería lo mismo con el consentimiento de un menor a tener sexo con un adulto (porque cuando le tocan “allí” le da cosquillitas y eso es agradable).

La cuestión es que estos niños y adolescentes que fueron víctimas  de abuso sexual crecerán, empezarán a comprender lo que es una relación sexual madura y consensuada, harán memoria y entonces se percatarán que fueron abusados y allí es cuando nace la CULPA, pues caen en el error de atribuir a su YO DE NIÑO el mismo criterio y sensatez que han desarrollado ahora en la adultez y se cuestionan “Por qué no hice nada, por qué no me defendí, por qué no se lo dije a nadie”, la culpa, la infundamentada culpa.

Ahora, sé que también se dan abusos con violencia o intimidación de por medio, también sé que muchos adultos también son abusados, entonces allí nace el siguiente señalamiento que se me podría hacer: “Ajá, ya entendí que un menor no tiene la madurez para consensuar un acto sexual, pero qué pasa con los adultos que son abusados, ellos sí tienen suficiente raciocinio para defenderse, hablar o acusar, ¿por qué muchos no lo hacen? Allí se tendrían un poco de responsabilidad ¿No?”  para responderlo me gustaría compartirles un término que si siguen desde hace algunos años mis plataformas de Youtube, Instagram, entre otros, ya he tocado antes, la INMOVILIDAD TÓNICA.

Para explicar este término cito un extracto de un artículo de la plataforma Psyciencia enfocado en material científico relacionado al mundo de la Psicología:

“En muchos casos (hasta en un 70%, según algunos reportes), las víctimas de violación sexual experimentan un fenómeno denominado inmovilidad tónica, que consiste en una variedad de síntomas que incluyen la incapacidad de moverse, o incluso de gritar, que son originados por un miedo intenso. La inmovilidad tónica es una respuesta involuntaria que se ha estudiado en personas humanas, así como en distintas especies de animales, en los que cumple la función de reducir las probabilidades de daño ante el ataque de un predador.”

“Se puede pensar este fenómeno de la siguiente manera: Imagine que usted es un animal siendo atacado por un predador. Si su cerebro genera la respuesta de inmovilidad, es posible que el predador pierda interés en atacar debido a la ausencia de movimiento. De igual manera, dado que la inmovilidad tónica ocurre junto a un descenso de la presión arterial, en caso de daño físico perdería menos sangre. La inmovilidad tónica cursa con otros síntomas como la falta de respuesta ante estímulos externos y la incapacidad de sentir dolor, los cuales pueden ser adaptativos en caso de encontrarse con un predador.”

Para leer el artículo completo pueden hacer click AQUÍ para acceder a la página.

Basándonos en esta explicación, se deduce que bajo un evento de abuso con violencia de por medio, la víctima de manera instintiva reaccionará con esta parálisis lo que le impediría correr, gritar o forcejear con el agresor, ya que esto podría ser contraproducente para su supervivencia.